Supongo que muchos conoceréis ya la historia, pero para los que no: el solomillo Wellington se llama así en honor del Duque de Wellington, que se hizo famoso por ganar a Napoleón en la batalla de Waterloo. Este señor era fan de los platos de masa o pasta rellena de carne, así que después de la batalla, le prepararon un solomillo de ternera, con Foie gras y setas, envuelto en hojaldre, que pasó a ser el solomillo Wellington y que se convirtió en el plato oficial de todas sus fiestas.
Mi versión de solomillo Wellington no tiene ni Foie gras ni setas (porque no me gustan especialmente), así que supongo que se llama Wellington por llamarlo algo, pero os aseguro que aún así es una delicatessen. La receta está basada en la de Rachel Khoo, pero a la española. ¡Espero que os guste tanto como a mí!
Cantidades para 2 personas:
- 2 filetes de solomillo de ternera o similar (~175g, unos 2-3 cm de grosor)
- 2 cebollas
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 4 cucharadas de vino de jeréz seco
- 1 cucharadita colmada de azúcar
- Mostaza (2 cucharadas aprox.)
- 2 láminas de hojaldre rectangular
- 1 huevo
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
0: Salpimentar la carne y pasarla por la plancha
Pintar los filetes con un poco de aceite y salpimentarlos al gusto. Después se pone una sartén a fuego fuerte, y cuando esté bien caliente se echa la carne. Cuánto hay que hacerla depende del gusto de cada uno y del grosor de los filetes. Mínimo un minutillo por cada lado. Hay que tener en cuenta que luego van al horno, pero no durante mucho tiempo, así que hay que tostarlos en la sartén casi al punto que le gusta a cada uno. Se retira la carne a un plato una vez hecha.
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1: Caramelizar la cebolla
Se pica la cebolla en aros o en juliana, y se echa en la misma sartén donde se ha hecho la carne con un chorrito de aceite, la cucharadita de azúcar y una pizca de sal. Se baja el fuego (medio), y se deja unos 20 minutos removiendo de vez en cuando para que no se pegue ni se queme. Estará hecho cuando la cebolla haya reducido un montón, y esté transparente con color tirando a caramelo. Ante la duda ver la foto.
2: Pasta de cebolla
Una vez caramelizada la cebolla, se le echa el vino y se deja reducir al fuego hasta que se evapore el líquido (unos 4-5 minutillos). Después, se pone en un bol pequeño y se pasa por la batidora para hacer una pasta de cebolla.
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3: Precalentar el horno a 200ºC
Poner a calentar el horno mientras vamos preparando los solomillos.
4: Preparar el hojaldre
Se estira una lámina de hojaldre, hasta tener un rectángulo lo suficientemente grande como para envolver por completo el filete.
5: Empaquetar el solomillo Wellington
En una mitad del rectángulo se pone el filete dejando bordes de masa a su alrededor.
Se pinta el filete con mostaza, y después se le pone encima una capa de pasta de cebolla (la mitad).
Se dobla a la mitad el hojaldre, a modo de libro, y se aplastan bien los bordes para asegurarnos de que no se va a escapar nada. Lo mejor es ayudarse con un tenedor y hacer marcas en los bordes (como con las empanadillas).
6: Últimos retoques antes de hornear
Una vez terminado el paquetito hay que hacer una cruz con un cuchillo en el centro para que salgan los vapores de la carne y no se quede el hojaldre gomoso. Después, se pone en una bandeja de horno sobre papel vegetal y se pinta de huevo batido.
Repetir los pasos 4-6 para el otro filete.
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7: Hornear
Se meten los Wellingtons al horno hasta que se dore el hojaldre, que más o menos serán unos 10-12 minutos.
8: ¡A comer!
Una vez hechos, dejar reposar un par de minutillos y ¡listo!.
* Nota: en general es recomendable dejar reposar un poco las carnes después de asadas, porque al cocinarlas, con el calor, los jugos tienden a desparramarse, y al reposar vuelven a concentrarse en el interior de la pieza. Dejando reposar un par de minutillos evitamos que se escapen todos los jugos cuando lo cortemos.
Que buena pinta tiene el solomillo!!!!!!